Todos percibimos cuándo la luz crea una atmósfera extraordinaria. El proceso suele ser inconsciente, ya que pocas personas conocen los criterios que permiten determinar si la luz es buena o pobre. Sin embargo, usted sí percibe instintivamente si una habitación cuenta con la iluminación adecuada, si resulta acogedora y si le invita a permanecer en ella. Se relaja, se siente a gusto, trabaja con eficacia, se encuentra motivado, concentrado y vital.